Un día, el reloj que marcaba el ritmo de los enamorados se rompió y todos los que vivían procesos románticos tuvieron que estancarse en su emoción hasta que el reloj fuera reparado. El Padre Tiempo estaba muy preocupado porque mucha gente perdería la noción de su romántico proceso y probablemente se harían insensibles, por lo que para evitar mayores sufrimientos entre los enamorados, le pidió a la Madre Naturaleza que limitara el romance y el ímpetu amoroso entre sus criaturas a solo aquellos dignos de continuar su especie, pues todos los demás relojes seguían caminando y se debía procurar que continuaran las demás historias. Ella lo escuchó y pensó que lo podía hacer, pero sabía que no podía controlar las decisiones de los seres humanos, pues ellos podrían incluso llegar a buscar la muerte por una sensación tan grande como esta, y ya había muchos enamorados en ese instante. Así que la Madre Naturaleza, aprovechando la ocasión, le pidió al Padre Tiempo que creara un nuev...