Un día pasas por una zapatería y zas! ves un par de zapatos fabulosos, tan bonitos, tan altos, tan diferentes ... Rápido pides tu talla pero no hay ... Así que te pruebas otro número, uno más pequeño. No es el tuyo pero quizá funcione. Te miras al espejo y... wow! Son los zapatos más bonitos que has tenido en tu vida. Simplemente perfectos, te ves genial. Solo hay una cosa, te aprietan. No mucho, sólo un poco; pero te aprietan. Aún así, decides llevarlos, pues te gustan muchísimo. Al día siguiente ya te los pones. Tus pies terminan un poco cansados pero lo toleras. Los días siguientes te aprietan un poco más, ya te duelen los dedos. Pero te gustan tanto que sigues usándolos. Te ves fabulosa!. Pasan los días y ya tienes ampollas, ya casi ni puedes caminar; pero esos zapatos te encantan y no puedes dejar de usarlos. Hasta que un buen día, hinchados y adoloridos, tus pies dicen: Ya no más. Ya no es posible, ya no te entran los zapatos. Lo intentas, los aflojas...
textos para meditar y reflexionar