Entrenamos durante toda la temporada para este encuentro atlético regional. El tobillo lesionado todavía no estaba bien del todo. De hecho, yo le había dado muchas vueltas a la decisión de participar o no en este encuentro. Pero allí estaba, esperando el inicio de los 3 200 metros planos. "En sus marcas ... Listos ... Ya". Detonó el tiro y salimos despedidas ... Las otras chicas se me adelantaron. Comencé a cojear y me invadió un sentimiento de humillación a medida que me rezagaba. La chica que ocupó el primer lugar me llevaba dos vueltas de ventaja cuando cruzó la meta victoriosa. "¡Viva!", gritó el público. Era el aplauso más cerrado que jamás había escuchado en un encuentro atlético . "Tal vez deba retirarme", pensé mientras seguía cojeando. Esta gente no quiere esperar a que yo termine la carrera, sin embargo, seguí hasta terminarla. Durante las dos últimas vueltas estaba muy adolorida y decidí que no correría la próxima temporada. No val...
textos para meditar y reflexionar