Vivían en un corral varias gallinas: Unas bien cebadas y gordas; otras, por el contrario, flacas y desmejoradas.
Las gallinas gordas, orgullosas de su buena facha se burlaban de las flacas y las insultaban llamándolas huesudas y flacuchas.
Pero el cocinero, debiendo preparar algunos platos para el banquete de Año Nuevo, bajó al gallinero y eligió las mejores que allí había.
La elección no fue difícil.
Entonces, viendo las gallinas gordas su fatal destino, envidiaron la mejor suerte de sus compañeras flacas y esqueléticas.
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«MORALEJA»
No despreciemos jamás a los débiles,
quizá tengan mejor suerte que nosotros.
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