Vera del Rosario era su nombre, nadie sabía si era el apellido o un segundo nombre, por eso todos la llamaban "Del Rosario" . A ella no le gustaba y les decía con rabia en la voz, que se llamaba "Vera"; pero todos en el aula se reían mientras le gritaban: "Del Rosario eres " Cada mañana llegaba con un viejo bolso de tela muy sucio, allí guardaba un cuaderno sin forrar, un lápiz y una goma, eso era todo; siempre se sentaba sin importarle las miradas burlonas de otros niños, algunos tan pobres como ella, pero que se empecinaban en humillarla. Vera pasaba las horas de clase en silencio, lejos de todos. En los recreos mientras todos comían sus meriendas, ella se alejaba y muchas veces las maestras la encontraban agachada observando las hormigas, o investigando alguna planta en el jardín, juntando yuyos raros, siempre con el cabello mal peinado y sus ropas sucias y gastadas. La directora le preguntó un día si no tenía otro par de zapatillas para v...
textos para meditar y reflexionar