Una anciana campesina caminaba lentamente, cargando con dificultad un atado de leña para alimentar una hoguera en la que cocinaba. Su rancho era un pedazo de techo caído sobre una pared, formando un espacio triangular dentro de éste. Un joven juez que en su tiempo libre paseaba por el campo, se encontró con ella y conmovido por la edad y las condiciones en las que vivía la humilde mujer, decidió buscar la manera de ayudarla. La señora hablaba en forma alegre y determinada, le contó al juez que comía de lo que crecía en la granja, que tenía algunas gallinas y una vaca que le producían lo indispensable. No había tonos de queja ni de carencia en la conversación de la anciana, todo lo contrario, sus palabras estaban plenas de gratitud y esperanza. Después de haber conversado un buen rato, el juez le preguntó a la campesina: —"Disculpe señora, ¿hay alguna forma en la que la pueda ayudar? ¿Tal vez ropa, o medicinas? Si en algo puedo colaborarle solo dígame y con gusto haré l...
Cuenta la leyenda que antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para hacer una travesura. Uno de ellos dijo: —"Pronto serán creados los humanos. No es justo que tengan tantas virtudes y tantas posibilidades. Deberíamos hacer algo para que les sea más difícil seguir adelante. Hay que llenarlos de vicios y de defectos; eso los destruirá". El más anciano de los duendes dijo: —"Está previsto que tengan defectos y dobleces, pero eso sólo servirá para hacerlos más completos. Creo que debemos privarlos de algo que, aunque sea, les haga vivir cada día un desafío". —"¡¡¡Qué divertido!!!", dijeron todos. Pero un joven y astuto duende, desde un rincón, comentó: —"Deberíamos quitarles algo que sea importante...¿pero qué?" Después de mucho pensar, el viejo duende exclamó: —"¡Ya sé! Vamos a quitarles la llave de la felicidad". —"¡Maravilloso ... fantástico ... excelente idea!", gritaron los duendes mientra...