Vi en la calle a una niña temblando de frío con ropa ligera y gastada, parecía con poca esperanza de encontrar una comida decente.
Me enojé y le dije a Dios:
Por un rato Dios no dijo nada y esa noche, Él me respondió diciendo:
-"Ya hice algo para remediarlo ... Te hice a TI".
Tienes razón, a veces somos nosotros los llamados a ayudar primero. Me da gusto de que siempre trasmitas buenos mensajes. Saludos desde Lima
ResponderEliminar