Un gran General japonés decidió atacar, a pesar de que sólo contaba con un soldado por cada diez enemigos. Él estaba seguro de vencer; pero sus soldados abrigaban muchas dudas.
Cuando marchaban hacia el combate, se detuvieron en un santuario ... Después de orar, el general salió afuera y dijo:
-"Ahora voy a echar una moneda al aire. Si sale cara, venceremos; si sale cruz, seremos derrotados.
Cuando marchaban hacia el combate, se detuvieron en un santuario ... Después de orar, el general salió afuera y dijo:
-"Ahora voy a echar una moneda al aire. Si sale cara, venceremos; si sale cruz, seremos derrotados.
El destino nos revelará su rostro".
Lanzó la moneda y salió cara.
Lanzó la moneda y salió cara.
Los soldados se llenaron de tal ansia de luchar que no encontraron ninguna dificultad para vencer.
Al día siguiente, un ayudante le dijo al General:
-"Nadie puede cambiar el rostro del destino".
-"Exacto", le replicó el General, mientras le mostraba una moneda falsa que tenía cara por ambos lados.
Al día siguiente, un ayudante le dijo al General:
-"Nadie puede cambiar el rostro del destino".
-"Exacto", le replicó el General, mientras le mostraba una moneda falsa que tenía cara por ambos lados.
Anthony de Mello
Estoy convencida de que la fe mueve montañas
ResponderEliminarhttp://yosoyvictoriapink.blogspot.com.uy/ Hola quisiera compartirles mi blog , hace poco me anime a compartir y escirbir las cosas que siento y tal vez no puedo hablarlas con nadie, me gustaria que echaran un vistazo
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