Hace muco tiempo, las rosas eran pocas porque no eran populares debido a sus espinas. Por eso la gente no se preocupaba por ellas, sino que las dejaba morir.
En ese momento, en un gran jardín frente a un palacio real, un viejo jardinero plantó una rosa en secreto y esperó ansiosamente el día en que comenzara a florecer.
El día llegó y la rosa abrió sus capullos.
Las otras flores del jardín susurraban y se reían de ella.
Un nomeolvides dijo en voz alta: —"¡Mira esas horribles espinas!"
La rosa se miró tristemente e inclinó la cabeza.
Sus compañeros se rieron aún más.
Dijeron:
—"Eres una monstruosidad para nuestro hermoso jardín real.
¡No puedes competir con nosotros!".
En vano, estiraron sus cuellos aún más.
Un hermoso lirio blanco intervino:
—"Si el rey, de corazón duro, te ve, no vivirás mucho".
Después de esas palabras, la rosa se cerró más y más. Ya no se atrevía a florecer por miedo.
El jardinero vino a admirar su rosa, pero se sobresaltó cuando la vio.
Él le preguntó en voz baja:
—"¿Qué te pasa? ¿Por qué cuelgas así?".
La rosa se aventuró un poco ante la voz amistosa.
Ella tembló:
—"Tengo miedo. Las flores vecinas piensan que el rey es malvado y no le agradaré".
El jardinero suspiró:
—"Es verdad que el rey es cruel e insensible. Pero no puedo imaginarlo queriendo destruir algo tan hermoso como tú".
Luego susurró aún más suave: "Eres la flor más hermosa de este jardín. Los demás están llenos de envidia, así que se burlan de ti".
Eso animó a la rosa.
El jardinero la cuidó con amor y así empezó a florecer de nuevo.
Las flores se indignaron.
—"Tu vana fealdad lo estropea todo. ¿Qué estás imaginando?"
La rosa aún se sentía herida por estas palabras, pero olvidó su dolor tan pronto como el amable jardinero fue a verla.
Ella no quería decepcionarlo en absoluto.
Finalmente llegó el día en que el Rey recorrió su jardín...
Cuando vió a la Rosa, le preguntó al jardinero:
—"¿Qué es?".
El jardinero le respondió que es la flor más humilde, la que todos envidian, la más sensible. La que se deja morir si la hieren y no le brindan afecto. Que esa Rosa sobrevivió a los ataques de las otras flores porque el le dijo que du Majestad la iba a admirar y amar.
Mientras transcurría este diálogo jardinero y Rey, las otras flores se burlaban y reían de ella.
Sintió dolor y vergüenza y se le cayó un pétalo.
El Rey lo levantó y sintió su olor ... Quedando impresionado por el exquisito aroma.
Inmediatamente le pide a la Rosa que lo ayude a conquistar el amor de quien él desea sea su Reina.. Que le permita cortarla y obsequiarla con su fragancia y belleza.
Dicho esto la flor se engalana y se enorgullece de si misma y se prepara para ser cortada.
El jardinero le agradece por su gesto y le pide perdón por quitarla de la planta y se la entrega al Rey.
Éste, feliz, la prepara y se la entrega a la dama en cuestión, la cual acepta el obsequio y se emociona ante tanta belleza y gracias a ella acepta casarse con el Rey.
Preocupada la bella dama, le pide a un sirviente que la ponga en agua para que no muera.
La rosa fue colocada en un hermoso jarrón y desde allí vio la boda de los dos amantes en el castillo real.
Cuando se marchitó, el rey la secó y colgó en una imagen como memorial de su gran amor hacia la Reina.
Cada año crecían más rosas en su jardín, y había tantas que el castillo se llamaba el Castillo de las Rosas.
El rey declaró que la rosa roja era el símbolo del amor. Y así ha sido hasta el día de hoy.
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