Una niña que recibió una brutal paliza por parte de sus padres y como resultado, perdió el movimiento de todo el cuerpo. Ni siquiera conseguía hablar.
Tres semanas después, la niña había recuperado el movimiento. Cuatro semanas más tarde, volvía a hablar y a sonreír.
Internada en un hospital, la cuidaba una enfermera que a diario le decía:
"Te quiero mucho".
Aunque los médicos le aseguraban que la niña no podía escucharla y que sus esfuerzos eran inútiles, la enfermera le seguía repitiendo:
"Yo te quiero mucho, ¿Sabes? ... No te olvides".
Tres semanas después, la niña había recuperado el movimiento. Cuatro semanas más tarde, volvía a hablar y a sonreír.
La enfermera nunca dio entrevistas y el periódico que contó su historia nunca publicó su nombre; pero queda registrado aquí para que no lo olvidemos nunca.
El amor cura.
El amor transforma; pero, a veces, lo confundimos. Nos tiende trampas mortales y termina destruyendo a la persona que decidió entregarse por completo.
El amor transforma; pero, a veces, lo confundimos. Nos tiende trampas mortales y termina destruyendo a la persona que decidió entregarse por completo.
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Para que después digan algunos que el amor es algo pasajero, el que ama y el amado siempre le queda algo y en esta caso, a la niña, vida. un abrazo
ResponderEliminar¿Pero es una historia verdadera? porque estoy impresionada, pobrecita mí, ¿cómo se puede hacer eso? y la enfermera un ángel que con su amor la curó. Ojalá se encuentre la niña bien, angelito. El amor el motor de la vida. saludos
ResponderEliminarEs verdad, el AMOR cura y hace grandes milagros pero eso de que destruye tendiendo trampas mortales no es cierto ya que el que actúa así no tiene ningún tipo de amor.Besotes
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