El TIEMPO al sentirse desafiado, le pidió al DESTINO que lo ayudara para que eso no se cumpliera.
El DESTINO caprichoso como es su costumbre aceptó ayudarlo, logrando separarlos; y en contra de su voluntad hacerlos tomar caminos distintos ...
Antes de separarse, ella llorando le prometió no olvidarlo nunca, y él a su vez, le hizo la promesa de buscarla y volver a encontrarla.
El AMOR desconsolado, vio cómo el DESTINO había jugado en su contra, y lloraba impotente por las noches ... Hasta que un día, la MUERTE escuchó su llanto, y vio al AMOR llorando, a la luz de la luna en la orilla de un río.
Era él a quien estaba buscando, sabía lo que había pasado, y piadosa quería acabar con su sufrimiento, nadie mejor que ella sabe del dolor y la soledad.
Se acercó al AMOR, quien al verla, temeroso al comprender que iba por él, le suplicó que no lo matara.
La escena del AMOR a sus pies, suplicante a la luz de la luna, la conmovió y le prometió que a él nunca lo tocaría; pero para que eso fuera posible, tendría que vivir en un lugar en el que ella no pudiera alcanzarlo.
El AMOR pensó que se estaba burlando:
"¿Cómo se escapa de la muerte?"
Y creyó que era una cruel broma como la que el DESTINO le había jugado, se había vuelto desconfiado, así que le preguntó:
-"¿Cómo puede ser eso posible, si las personas, animales, y hasta las flores en el campo no pueden huir de ti. En qué lugar podría esconderme?".
La muerte cuidando de no rozarlo, con sus labios le susurro al oído:
-"Escóndete en el ALMA".
El AMOR dejó de llorar al comprender lo que la muerte le acababa de decir.
Y es así que desde entonces, ni el TIEMPO, ni el DESTINO, y mucho menos el OLVIDO, pueden hacer algo contra el AMOR, porque la MUERTE cumplió su promesa, y cada vez que llega, observa con una sonrisa como las ALMAS se van, llevándose al AMOR con ellas, para buscarse una y otra vez.
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