Definitivamente hoy llegó el día ... Poco a poco fui tomando el valor y el coraje para declararme.
La veía a diario, íbamos juntos a la misma escuela.
Este año mi nueva vecina había ocupado toda mi atención.
Era buena, linda, inteligente, cariñosa; un poco torpe pero ése era su encanto. La adoraba.
Estaba nervioso, era la primera vez que me atrevía a semejante acto. Sin embargo, hoy ya estaba listo con mi cartel en la mochila.
A la hora de recreo fui directamente a su salón de clases.
Hice el ridículo, me puse rojo como un tomate luego de balbucear algunas oraciones.
Todos se rieron.
Pero valió la pena.
Me dijo que sí.
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