Había una vez un estanque maravilloso: Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban perfectamente. Un día, hasta ese estanque mágico y transparente, se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia ... Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas entraron al agua. La furia, apurada como siempre, urgida sin saber por qué, se baño rápidamente y más rápido aún, salió del agua ... Pero como era ciega no distinguía claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, al salir se puso la primera ropa que encontró. Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza ... Y así sin darse cuenta de lo que había hecho, vestida de tristeza, la furia se fue. Muy calmada y serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde se encuentra, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo, con mucha p...
textos para meditar y reflexionar
Una respuesta acertadísima pues cada día que pasa nos acercamos más a la muerte.........Es cómo subir por una escalera al último piso (cada cual tiene designado ese último piso)y cada peldaño subido nos acerca más a ese último piso, y no hay ninguna posibilidad de dejar de subir.Besotes
ResponderEliminarUna muy buena respuesta desde que nacemos empezamos a morir.
ResponderEliminarCariños que tengas un lindo fin de semana.
La fe en creer algo que está para los demás, justamente eso... "demás". La fe ayuda mucho. Esa fe es la que necesitamos. Gracias por la reflexión!
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