{ Se venden sapos encantados que se convierten en príncipes } Sí, eso mismo decía el letrero sobre el acuario de cristal lleno de pequeños sapos en una tienda. La idea se me hizo extraña y la curiosidad me llevó a preguntarle a la mujer que atendía que me explicara lo del cartel. Ella me contestó: —"Se convierten en príncipes, sólo tienes que seguir ciertas instrucciones" Y diciendo esto, me entregó un pequeño cuadernillo. Por supuesto que yo no le creí; pero la vendedora tomó uno al azar y me lo dió asegurándome: —"TODOS SON IGUALES" "¡Sigue las instrucciones al pie de la letra y mañana a estas horas tendrás a tu príncipe!" Al llegar a la casa, pensé: "Está loca … ¿Y ahora que voy a hacer con este sapo?" Le marqué a una amiga que al igual que yo, no tiene suerte con los hombres y le platiqué lo que me dijo la vendedora del sapo: Que se convertiría en príncipe (si claro!). Cuando colgamos me puse a leer las instrucciones ... Bastaba ...
textos para meditar y reflexionar