El león cansado de renunciar a las enseñanzas del corazón, se enamoró de una sirena pero no podía estar con ella, cada quien vivía sus propios entornos y procesos. Ni él podía respirar bajo el agua, ni ella podía salir de la misma, pero el león la amaba tanto y pensó:
"Mis pulmones son más grandes, podré estar más tiempo bajo el agua que ella afuera"
Y tanto practicó que pasaba varios minutos diarios dentro del agua para poder verla.
Un día al salir del agua se desplomó, y al abrir los ojos ella estaba juntó a él, ya no tenía su cola de pez. Era un mujer completa y hermosa.
Él, sorprendido, le preguntó cómo le había hecho y ella respondió:
—"Soy mujer", le dijo. "Soy un ser mágico, tu osadía, determinación y voluntad probaron que eres digno de caminar a mi lado. Y mi amor hizo que me transformara para estar junto a ti".
Desde ese día, dos seres tan diferentes como el león y la sirena caminaron por las blancas arenas de esa playa dejando huellas de su corazón.
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Cada experiencia ha sido creada por nuestro subconsciente para enseñarnos lo que necesitamos aprender de nosotros mismos en el otro.
¡El amor y la voluntad todo lo puede!
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