Así relata Eric cómo empezó todo: "Mi teléfono sonó. Del otro lado de la línea estaba una enfermera que conozco, ella trabaja en un hospital y me comentó que había un niño de 5 años, que estaba muy enfermo y su mayor deseo era conocer a Santa Claus" ... Esto apenas era el principio...
Después de la llamada, le dije a la enfermera que iría apenas me pusiera el vestuario de Santa, pero ella contestó que no era necesario.
—"Simplemente ponte los lentes y tus tirantes y ven de inmediato… No tenemos más tiempo", dijo.
El pequeñín estaba muy débil, se veía como si ya estuviera listo para dormir eternamente, me vio y sonrió, yo me senté en la orilla de su cama y le dije: ¿Acaso escuché que te vas a perder la Navidad? ¡De ninguna manera puedes hacer eso!… ¿Sabes por qué?, ¡Eres mi duende número uno, el favorito!.
Entonces el niño iluminó su rostro y me preguntó: ¿De verdad?" ... Me partió el corazón ...
Le di su regalo, era un juguete que estaba de moda en ese tiempo, lo abrió con mucho esfuerzo mientras en su carita se formaba una sonrisa, luego se incorporó para darme un gran abrazo.
—"Dicen que me voy a morir, ¿Cómo sabré a dónde voy cuando llegue?", preguntó el niño a Santa, a lo que él le respondió: "Cuando llegues, tu les dirás que eres el duende número uno de Santa y entrarás de inmediato".
En el abrazo e intercambio de palabras, el niño falleció entre mis brazos.
En el hospital los padres veían la escena desde afuera de la sala, en ese momento madre del niño entró corriendo mientras gritaba desconsoladamente: "No, no, Díos mío, todavía no".
Le entregué a su hijo y me fui de inmediato. Me afectó tanto que me cuestioné si debía volver a interpretar a Santa Claus en los hospitales, fue a algo que definitivamente marcó mi vida.
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