Ella acostumbraba reunirse por las mañanas para desayunar con su amigo, unos quince minutos antes de ir a trabajar.
Él le traía una taza de café caliente y así charlaban un rato antes de arrancar el día.
Solía hacerse tarde ... Ella nunca terminaba su taza de café; pero siempre llegaba a tiempo cuando se dirigía al trabajo.
Por imprevistos de la vida dejaron de verse y pasaron muchos años ...
Un buen día tocaron a la puerta y era ella que venía a visitar a su viejo amigo de toda la vida.
Ya eran mayores y el paso de la vida era evidente ...
Risas y un gran abrazo enmarcaron ese encuentro ...
Él le volvió a ofrecer una humeante taza de café como antaño, cuando eran jóvenes ... Y se contaron historias y rieron como antes.
Cuando ella terminó su taza de café observó que en el fondo de la taza había una frase que decía:
"¿Te quieres casar conmigo?"
Sorprendida le preguntó a su viejo amigo:
-"¿Qué es esto?
Él le dijo que esa taza la había hecho hace 40 años ...
-"Siempre esperé a que terminaras el café para poder decirte lo mucho que te amo".
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