Un día como hoy, conversaba amistosamente con mi nuevo vecino Rocky. Él me contaba que al igual que yo, odiaba las fiestas de año nuevo; no porque no le gustara sino porque le daba mucho miedo todo el ruido que se producía en las calles. Esa misma noche del 31, desapareció y nunca más regresó a su hogar. Nadie lo pudo encontrar, a pesar de los múltiples avisos que se difundieron en el vecindario. Hace un año ya de esto. Se le extraña a veces. Era el que más querido por todos. Recuerdo que la última vez que lo vi, iba corriendo a gran velocidad entre los autos de la ciudad. Espero que esté bien. Yo como siempre voy a estar a buen recaudo, gracias a la familia que me adoptó. Ellos me quieren mucho y me cuidan, sobre todo en esta época.
textos para meditar y reflexionar