Dicen que la esperanza ya estaba muy anciana, se sentía muy débil y casi no se podía mover. Al verla así, en un estado tan desalentador, Dios se compadeció y se apareció delante de ella en una forma de luz. La anciana, que ya casi no veía, pudo reconocer la luz; sabía quién era ... —"¿En qué puedo servirte?", le preguntó ella a Dios. —"Soy yo quien está aquí para servirte. Has sido mi fiel servidora todos estos años. Cada vez que un hijo mío se encontraba en dificultades y no podía ver la salida de un problema, aparecías tú delante de él, sin importar la hora o cuántos viajes tenías que hacer. Lo alentabas y le devolvías la sonrisa a la cara. Viéndote ahora en tal estado ... Me siento en la obligación de ayudarte. Dime, ¿Qué deseas?" La Esperanza no contestó de inmediato ... Tras pensar mucho tiempo, volteó su cara hacia Dios y le dijo: —"Quiero continuar sirviéndote mi Señor. A ti y a tus hijos, ya que yo también soy tu hija. Pero, como ves, no pue...
textos para meditar y reflexionar